Mitologia Griega
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En la mitología griega Etra (en griego antiguo Αἴθρα, Aíthra) era una hija de Piteo, rey de Trecén.

Belerofonte demandó su mano, pero desapareció de Corinto antes de que las bodas se celebraran.[1]

Fue sorprendida en una ocasión por Poseidón en la isla de Esferia, a donde había ido, debido a un sueño, con el propósito de ofrecer un sacrificio sobre la tumba de Esfero. Etra dedicó por ello en la isla un templo a Atenea Apaturia (‘falsa’) y llamó a la isla Hiera en lugar de Esferia, introduciendo también entre las doncellas de Trecén la costumbre de dedicar sus zónulas a Atenea Apaturia en el día de su matrimonio.[2]

En una época posterior se convirtió en la madre de Teseo con el rey Egeo de Atenas.[3] En la noche en la que quedó embarazada, se creía que también Poseidón estuvo con ella.[4] Según Plutarco su padre difundió esta versión sólo para que Teseo fuese considerado hijo de Poseidón, quien era muy reverenciado en Trecén.[5]

Tras este suceso parece vivir en el Ática, de donde fue llevada a Lacedemonia por los Dioscuros (Cástor y Pólux) y se convirtió en esclava de Helena, con quien fue llevada a Troya.[6] Tras la caída de Troya llegó al campamento de los griegos, donde fue reconocida por sus nietos, y Demofonte, uno de ellos, pidió a Agamenón que procurase su libertad. Agamenón envió para ello un mensajero a Helena pidiéndole que renunciara a Etra. Helena accedió y Etra volvió a ser libre.[7]

Según Higino más tarde Etra puso fin a su vida debido a la pena por la muerte de sus hijos.[8]

La historia de su cautiverio a manos de Helena fue representada en el famoso cofre de Cipselo[9] y en una pintura de Polignoto en el lesque de Delfos.[10]

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