Mitologia Griega
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Abaris (en griego antiguo Ἄβαρις), hijo de Seutes, era un sacerdote hiperbóreo (Υπερβορέος) de Apolo[1] que llegó a Grecia procedente de un país cercano al Cáucaso,[2] cuando éste era asolado por una plaga.

Tenía el don de la profecía y por esto, además de por sus ropas escitas y su simplicidad y honestidad, llegó a ser famoso en Grecia, donde gozó de gran estima.[3] Viajó por toda Grecia, llevando con él una flecha como símbolo de Apolo y dando oráculos. Toland, en su Historia de los druidas, le considera un druida de las Hébridas porque la flecha formaba parte del traje de éstos.

Su historia, que es totalmente mítica, fue relatada de diversas formas y adornada con extraordinarios detalles: se dice que no tomaba ningún alimento de la tierra[1] y que volaba por el aire subido en su flecha, el regalo de Apolo.[4] Curaba enfermedades mediante cánticos,[5] libró al mundo de una plaga[6] y construyó en Esparta un templo dedicado a la Κόρη σώτειρσ.[7] La Suda y Eudocia le atribuyen varias obras, tales como ensalmos, oráculos escitas, un poema sobre el matrimonio del río Hebro, fórmulas expiatorias, la Llegada de Apolo entre los hiperbóreos y una Teogonía (‘origen de los dioses’) en prosa. Pero tales obras, si realmente circularon en la antigüedad, no eran más genuinas que su supuesta correspondencia con el tirano Falaris. La época de su aparición en Grecia cambia, fijándola unos en la 3.ª olimpiada, otros en la 21.ª e incluso otros le hacen contemporáneo de Creso.[8] Lobeck la sitúa en torno al año 570 a. C., es decir, la 52.ª olimpiada.

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